11 sep 2014 , 11:11

Somos adictos a comer y no a la comida, según estudio

Un nuevo documento científico argumenta que existe una adicción a comer, no a los alimentos.

Un nuevo documento emitido por el consorcio de investigadores NeuroFAST,  un proyecto que estudia la neurobiología de las costumbres alimenticias, del apego y de la tensión, en el que participan varios países de toda Europa, concluye que ‘adicción a comer’, en lugar de ‘adicción a la comida’, detalla con una mejor precisión la conducta alimentaria de tipo adictivo.

 

El hallazgo, que acaba de ser publicado en la revista Neuroscience & Biobehavioral Reviews, recoge argumentos sobre la supuesta adicción que provocan alimentos, componentes o sustancias alimenticias concretas.

El trabajo concluye que, hasta la fecha, no existe evidencia científica que apoye la hipótesis de que los alimentos involucran mecanismos cerebrales comparables a las drogas de abuso, a pesar de las opiniones de expertos de primer nivel, como el director general de Salud del Reino Unido que manifestó que “la investigación demostrará que el azúcar es adictivo”.

 

Existen alimentos atractivos, mas no adictivos

 

“La gente trata de encontrar explicaciones racionales para el sobrepeso y es fácil culpar a los alimentos. Es cierto que algunos alimentos son más atractivos que otros, debido en parte a su capacidad para estimular vías de recompensa en el cerebro –también activadas por algunos comportamientos naturales, como el sexo, y algunas drogas de abuso–”, sostiene Diéguez, investigador de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), según recoge la agencia Sinc de noticias sobre ciencia.

 

“La gente trata de encontrar explicaciones racionales para el sobrepeso y es fácil culpar a los alimentos”, afirma.

Sin embargo, la evidencia científica actual no apoya la idea de que los distintos componentes de los alimentos ejerzan los mismos efectos que las drogas adictivas en nuestros cerebros. Con la posible excepción de la cafeína, no hay pruebas significativas en humanos de que cualquier alimento, o sus componentes, puedan causar cambios en el cerebro que se asemejen a los observados por consumo de alcohol o nicotina.

 

“Es evidente que algunas personas tienen una relación de dependencia con los alimentos, en el sentido de comer en exceso a pesar de ser conscientes de las graves consecuencias para su salud. Pero sigue siendo una fuente de controversia sustancial el considerar que la comida desarrolle una conducta adictiva similar a las drogas de abuso”, explica el jefe de grupo del CIBERobn.

 

Industria alimentaria

 

De acuerdo al medio científico, la buena noticia para la industria de la alimentación es, según Diéguez, que no hay evidencia de que los alimentos o nutrientes particulares provocan directamente una adicción basada en una determinada sustancia. La mala noticia es que, si se asume que la adicción a comer es frecuente, indica que depende de un entorno que fomenta su desarrollo.

 

De esa forma, “la facilidad de acceso y una amplia exposición a un gran número de alimentos sabrosos (y baratos) -continúa el investigador del CIBERobn-, bien pueden implicar un riesgo elevado de desarrollar una adicción como el comer”.

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