16 jul 2014 , 10:05

Bienes patrimoniales pertenecientes a Ecuador se trafican en siete países

Autoridades revelan que delincuentes evaden controles para dedicarse a la comercialización ilegal.

En la casa de subastas Lempertz ubicada en Bélgica, hace cuatro años, piezas arqueológicas sustraídas en Ecuador estuvieron a punto de ser ofrecidas allí, pero la Fiscalía ecuatoriana lo impidió gracias a una denuncia del Instituto nacional de Patrimonio Cultural. Cada obra llegó a cotizarse hasta en 37 mil dólares.

 

El tráfico de bienes patrimoniales es un delito tan rentable a nivel mundial como el tráfico de armas y drogas, según un informe de la Unesco. El perjuicio llegaría a 60 mil millones de dólares.

 

Ecuador forma parte de los países perjudicados. En 2014, hubo 17 denuncias en todo el país, como afirma Jaira Saavedra, jefa de la Unidad Especializada en Investigaciones de Delitos Contra el Patrimonio Cultural.

 

En febrero pasado, se sustrajeron 14 obras pertenecientes a la Basílica del Voto Nacional, en Quito.

 

Según la policía las piezas arqueológicas que se sustraen de Ecuador son comercializadas ilegalmente en países como Estados Unidos, Inglaterra, España, Francia, Alemania, Suiza e Italia.

 

César Molina, director de riesgo del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, señala que a veces es difícil recuperar ciertos bienes.

 

Los delincuentes roban las obras muchas veces por pedido de coleccionistas privados pues el costo de ellas es elevado en los mercados internacionales.

 

Pese a las limitaciones, desde el 2008 se ha recuperado 681 piezas históricas que estaban en el extranjero y actualmente se tramita la repatriación de más de cuatro mil obras que están en Italia.

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