27 ago 2013 , 05:01

Campesinos colombianos piden a Correa ser garante de concertación

El comercio en Ipiales comenzó a reanudarse, el paso por el puente Rumichaca es normal.

Tras la fallida negociación entre el Gobierno colombiano y los campesinos de ese país, que protagonizan una huelga indefinida de sus actividades desde hace nueve días, las actividades comerciales y de transportación continúan, en su mayoría, paralizadas. La reunión entre el ministro del Interior colombiano, Fernando Carrillo, y los representantes de las organizaciones campesinas e indígenas del departamento de Nariño, al sur de Colombia, concluyó sin acuerdos, mientras en los exteriores grupos de manifestantes realizaban cacerolazos en reclamo de sus requerimientos.

 

Decenas de manifestantes duermen bajo carpas improvisadas y con un pedido mayoritario: que el Gobierno deje de importar papa y leche de otros países. Oscar López, representante  del sector campesino de una localidad, manifestó que “Nariño tiene leche hasta para lavar carros”, debido a la afectación que sufre la producción nacional.

 

De su lado, Dario Corral, de la organización Dignidad Papera, dijo que aumentó la importación de papa precocida desde que está en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC). 

 

Juan José Changay, gobernador de una comunidad indígena, aspira a que el Presidente de la República, Rafael Correa, sea una especie de “garante o testigo” de la concertación con el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos.

 

Normalidad en el paso por el puente Rumichaca

 

Los vehículos livianos ingresan con normalidad hacia territorio colombiano, y de Ipiales hacia Tulcán, y la policía continúa con los controles migratorios, en el noveno día de huelga. Los negocios en Ipiales abrieron paulatinamente, aunque las marchas esporádicas impiden el total desarrollo de la actividad comercial en la zona. 

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