10 mar 2013 , 02:40

Mujica sobre Chávez: “La causa permanece y hemos perdido el símbolo”

 

 

 

El presidente uruguayo, José Mujica, descartó que en América Latina haya una figura que pueda encarnar a corto plazo el símbolo que representó Hugo Chávez, el líder venezolano muerto el martes a los 58 años por un cáncer.

 

En una larga conversación telefónica con BBC Mundo desde Caracas, a donde asistió para despedir los restos de su "amigo entrañable", Mujica dijo empero que la causa de la integración regional planteada por Chávez sigue vigente y marcó varios desafíos para Venezuela y el continente.

 

A su juicio, "es una hora de luchar por libertad y por paz" en Venezuela. "Espero que tengan la habilidad de poder conducir esto. Porque las contradicciones en una sociedad no se aplastan; se conducen", dijo.

 

También sostuvo que Brasil tiene una "responsabilidad histórica" de liderar sin crear un nuevo imperio regional y que Estados Unidos debe respetar y dejar a los latinoamericanos ser ellos mismos.

 

Lo que sigue es un resumen del diálogo con Mujica sobre el legado de Chávez, el desafío de Venezuela y el papel de la región.

 

Legado

 

¿Qué legado dejó Chávez para América Latina en términos históricos?

Todavía los sucesos están muy frescos. Hay que tomar un poco de perspectiva, paciencia y tiempo.

 

Nunca hemos estado tan cerca los latinoamericanos como hoy.

 

¿Es autor Chávez de eso? ¿O también se puede interpretar que Chávez es una expresión notable de algo que nos viene pasando?

 

Izquierda y derecha en América Latina no se podían sentar en la misma mesa. Y hoy lo más notable es que latinoamericanos de credos muy distintos políticamente es como si hubiéramos decidido empezar a caminar juntos y no repelernos por las diferencias.

 

Algunas decisiones que tomó Unasur rápidamente en momentos medio dramáticos eran impensables en América Latina hace algunos años. Por ejemplo, cuando la tentativa de golpe de Estado que se produjo en Ecuador, rápidamente se juntaron todos los presidentes y hubo propuestas radicales por presidentes muy distintos. Eso era impensable.

 

No sé si nos estamos juntando por Bolívar o por Martí. Nos estamos acercando por el susto estratégico de lo que está pasando en el mundo.

 

¿Por qué?

Hace poco en la Celac había algunos presidentes que decían: "Acá está un tercio de la humanidad". Sí, un tercio de la humanidad con 60 o 70 parlamentos, tantos gobiernos, tratados, contradicciones".

 

Y del otro lado del Pacífico hay algo más que un tercio con unidad de comando y con hábitos colmenares sociológicamente, en la manera de moverse. Y esa fuerza va a ser cada vez más determinante en el mundo que va a venir.

 

Entonces parecería que los latinoamericanos, donde el principal comprador es China por todos lados, nos damos cuenta que nos tenemos que ir juntando para ser algo.

 

¿En qué influyó Chávez su forma de gobernar en Uruguay?

Son países muy distintos. Pero en Chávez hemos tenido un amigo.

 

Ser amigo no es sonreírse con afecto. Ser amigo es socorrerse cuando las papas queman. Y Chávez… desde ese punto de vista, no ha existido nada parecido en la historia de América Latina.

 

Por eso uno entiende que él aplicó a su modo un latinoamericanismo militante y comprometido.

 

Y también nos ha dado una lección, porque siempre se puede hacer algo por el más débil o los que están en peores circunstancias. Este es un legado que nos deja Chávez. Hemos perdido un amigo entrañable.

 

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha dicho que la muerte de Chávez deja un vacío en América Latina. ¿Hay alguien que pueda reemplazar el liderazgo que él ejerció en una parte de la región?

No. Justamente, es ese factor que tienen las personalidades inconmesurables.

 

Lo que queda vivo es la causa de Chávez. Lo esencial. Es una obra de integración. Y vamos a seguir caminando por ese camino, con contradicciones, marchas y contramarchas.

 

Pero no va a haber ninguna personalidad en el corto plazo que cumpla ese papel simbólico, porque cuando un árbol muy grande cae deja un vacío gigantesco. Hay hombres que simbolizan causas. Acá la causa permanece y hemos perdido el símbolo. Tal vez tengamos la madurez y lo podamos sobrellevar.

 

¿Pero hasta qué punto la Venezuela de Chávez es hoy un paradigma para la izquierda latinoamericana, como fue Cuba en los años 60?

Hay analistas que señalan que en la región nadie dice que quiera parecerse a Venezuela…

 

Estamos en otra época totalmente distinta.

 

Primero que buena parte de la izquierda no cree en la dictadura del proletariado ni en el partido único. Ni Chávez creía en eso.

 

La democracia liberal tiene muchísimos defectos. El mayor es que promete en el campo del derecho algo que no cumple en el campo de los hechos: que somos iguales. Pero la revolución liberal y los valores que trajo no se pueden dejar tirados a la basura ni pueden ser un recurso de ocasión. Va a haber una humanidad mejor a partir de afirmar y respetar eso.

 

Esta cuestión de la libertad y del camino plural era un capital que probablemente la izquierda no tenía, porque había otros modelos. Ese mundo estalló, se hizo pedazos.

 

La gran diferencia de la izquierda con la derecha está en que la izquierda entiende que hay que forzar el reparto en la sociedad y básicamente todos los hombres tienen derecho a una vida digna. Pero por otro lado hay que desarrollar las fuerzas productivas y uno no puede repartir lo que no tiene.

 

Por eso el andar buscando modelos únicos para copiarlos es una cosa del pasado. Cada cual va buscando su rumbo y es una larga marcha.

 

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