Guayaquil acoge al astillero más grande del Ecuador

Hay quienes dicen que el astillero nació con Guayaquil; hay otros que creen que fue al revés, que esta ciudad construyó sus primeros pasos al ritmo de los golpes en la madera, madera con alma de canoa, con futuro de piragua y de otras embarcaciones. 

Las voces de esta ciudad están indexadas a esos cuando se construían  grandes navíos de transporte, de carga.

¿Y quién dijo que es no más historia, que está escrito tan solo en libros, que es un registro de blanco y negro? En el centro sur de la urbe está ubicado Astinave, el astillero más antiguo de Guayaquil y el más grande del Ecuador.

Aquí se han construido más de 60 embarcaciones. El río Guayas es el espacio donde estas descansan mientras son reparadas. Esta empresa está en la zona que lleva su nombre: Barrio del Astillero, donde nació el club Barcelona, también Emelec. Allí Guayaquil se hizo ciudad, perla independiente. En este astillero trabajan más de 600 personas.

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Aquí también trabaja Carolina Tumbaco desde hace dos años. Una manabita que ha aprendido la historia de Guayaquil soldando día a día las embarcaciones. 

En cambio Luis Zambrano es guayaquileño y afirma que su ciudad es como un barco de esos que él ayuda a construir y que da cabida a todos, sin discrimen. 

Camilo Delgado, gerente general de Astinave, habló sobre el navegar también de este astillero, que junto con su ciudad se mueve, evoluciona. 

Guayaquil es eso: su gente que la construye y la narra, su gente que progresa y la hace progresar. Quien dice Guayaquil dice astillero, quien menciona independencia en estos días habla, sin duda alguna, de la Perla del Pacífico.