06 jul 2015 , 10:23

El papa volvió a pedir que recen por él en la Plaza Grande

El papa Francisco oficiará este martes una multitudinaria misa en el Parque Bicentenario.

"Les voy a dar la bendición para cada uno de ustedes, para sus familias, para todos los seres queridos y para este gran pueblo, noble pueblo ecuatoriano", dijo el papa Francisco ante cientos de personas que esperaban sus palabras en la Plaza Grande en Quito.

 

El papa llegó esta tarde a la capital de la República tras una visita corta a Guayaquil.

 

Francisco arribó al aeropuerto Mariscal Sucre de Quito después de las 17:30 y luego, su caravana se dirigió hasta el Palacio de Carondelet. Durante su recorrido saludó a miles de fieles que coparon la avenida Simón Bolívar, la autopista General Rumiñahui y la entrada al Centro Histórico de la capital. 

 

El presidente Rafael Correa lo esperaba en el Palacio de Carondelet, que había sido decorado con cientos de miles de rosas y juegos de luces. Un coro en el que se distinguía la participación del cantautor Damiano animaba su ingreso a la reunión privada.

 

Tras un rápido saludo a los personas que llenaron la Plaza Grande, el papa Francisco ingresó a uno de los salones del Palacio, ubicado en el primer piso, para tener una cita privada con el primer mandatario ecuatoriano que duró aproximadamente 35 minutos. Durante el encuentro el papa regaló a Correa un mosaico de la Virgen con el Niño, una reproducción, elaborada en la fábrica de mosaicos del Vaticano, de la imagen venerada en la Capilla del Santísimo Sacramento en la Basílica de San Pablo extramuros.

 

Luego, Jorge Mario Bergoglio se desplazó al Salón Amarillo para bendecir a varios ministros y funcionarios del gobierno.

 

Entre los personalidades del Estado que recibieron el saludo del papa, estuvieron el ministro del Interior, José Serrano, el ministro de Seguridad, César Navas, el secretario del Buen Vivir, ​Freddy Ehlers, la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, el ministro de Trabajo, Carlos Marx Carrasco, entres otros. También pudieron saludarlo niños y familiares del presidente Correa. Pero no solo eso, Franciso se dio tiempo de saludar incluso a los guardias de seguridad de la casa presidencial.

 

 

El papa Francisco saludó desde el balcón de Carondelet, aunque esto no estaba previsto. A su salida, se dirigió a la Catedral Metropolitana y allí participó en una breve ceremonia con uno de los santos.

Tras este pequeño acto, se dirigió de nuevo al pueblo quiteño que se mantenía, pese al frío, en la Plaza de la Independencia.

 

 

El sumo pontífice pidió inclusión para todos en el Ecuador. "(Les doy la bendición) para que no haya diferencias, que no haya exclusión, que no haya gente que se descarte, que todos sean hermanos, que se incluyan a todos y no haya ninguno que esté fuera de esta gran nación ecuatoriana", dijo.

 

Tras rezar el Ave María y un Padre Nuestro, el papa les dijo a los fieles católicos, una vez más: "por favor, les pido que recen por mí".

 

Finalmente, Francisco se despidió de la multitud y se dirigió hacia la Nunciatura Apostólica para descansar y preparar la multitudinaria misa que se realizará este martes en el Parque Bicentenario.


Cuando ya se pensaba que el santo padre se disponía a descansar, cerca de las 22h30 el pontífice salió una vez y rezó el Avemaría junto a los feligreses que se encontraban en los exteriores de la Nunciatura. 

 

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