06 jun 2018 , 01:26

El Argentina-Israel generó polémica desde su anuncio

El argentino Lionel Messi recibió amenazas por parte de palestinos.

La anulación del partido de fútbol amistoso entre Israel y Argentina pone fin a un encuentro polémico desde el principio, y que el gobierno israelí quería convertir en un evento de alcance internacional coincidiendo con el 70º aniversario de la creación de su Estado.

 

Lionel Messi no estará finalmente el sábado en Jerusalén para jugar su último partido con la selección 'albiceleste' antes del Mundial de Rusia. La intensidad de las reacciones reflejan la decepción en Israel que, sin ser una potencia futbolística mundial, tiene miles de aficionados a este deporte.

 

Para Israel, la visita de la selección argentina y sus estrellas tenía que ser un motivo más de júbilo en 2018, a falta de poder participar en el Mundial de Rusia, para el cual quedó eliminado.

 

Israel está celebrando este año por todo lo alto el aniversario de su proclamación de independencia, en 1948. En mayo, logró una gran repercusión internacional con la celebración de la etapa de salida del Giro de Italia, una de las grandes carreras ciclistas del mundo.

 

Para hacer llegar a la selección albiceleste, la compañía privada Comtec, organizadora del partido y que ya se ocupó de la etapa del Giro, iba a pagar entre dos y tres millones de dólares, en función de si Messi jugaba o no, indicaron medios argentinos.

 

Pero desde el principio el encuentro estuvo rodeado de polémica, tanto en lo deportivo como en lo político. En lo deportivo muchos se preguntaron si era bueno para los futbolistas argentinos hacer escala en Israel rumbo a Rusia, en plena preparación del Mundial. Por su parte, los palestinos denunciaron un partido que consideraban un "instrumento" de la política israelí.

 

La polémica creció cuando la ministra de Deportes israelí, Miri Regev, responsable de organizar el partido, y aparentemente sin que hubiera participación de la federación de fútbol, lo desplazó de Haifa a Jerusalén, 150 kilómetros más al sur, en el corazón del conflicto con los palestinos.

 

La ministra reconoció que su ministerio había pagado 2,5 millones de séqueles (unos 598.000 euros) para que el partido se jugara en Jerusalén. "Jerusalén se merece cada séquel" que se gasta, dijo el lunes Regev, una antigua portavoz militar, en declaraciones a la radio.

 

La venta de entradas del partido Israel-Argentina también provocó polémica. De las 31.733 localidades con que cuenta el estadio Teddy de Jerusalén, sólo 20.000 se habían puesto a la venta y, a pesar de la enorme demanda, las restantes se repartieron arbitrariamente.

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