27 ene 2016 , 01:05

¿Cómo se celebran las fiestas de Navidad y Fin de Año en Guayaquil?

Momentos perfectos para reencontrarse con amigos y dar gracias por la bendiciones.

Al guayaquileño se lo conoce por su alegría para celebrar. Festividades como Navidad y Año Nuevo no son la excepción, pero también el guayaquileño se caracteriza por su profunda fe. Para ellos la Navidad es símbolo del nacimiento del niño Jesús.

 

“Por tradición nos vamos a las iglesias y eso es más que una cábala. Ser conscientes del verdadero valor de esta época”, comentó Horacio Rodríguez, guayaquileño.

 

El guayaquileño también se caracteriza por ser solidario, es así como en estas fechas se organizan diversas labores sociales para compartir con los que más lo necesitan. 

 

En fin de año la fiesta se enciende y es el momento perfecto para que muchos pongan en práctica varias cábalas para atraer la suerte en el nuevo año. 

 

Vestir de color amarillo, comer 12 uvas a la media noche, salir con una maleta a recorrer la cuadra, son varias de las cábalas aseguran ayudará a atraer prosperidad, salud, amor y muchas cosas buenas. 

 

El guayaquileño es creativo y tiene grandes habilidades artísticas y esto se ve plasmado en cientos de monigotes que son elaborados desde el mes de agosto para que estén listos en diciembre.

 

El año viejo es un monigote que representa básicamente el año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la medianoche del 31 de diciembre. 

 

Según historiadores, la costumbre de quemar estos muñecos en Guayaquil, nace en 1895 con una epidemia de fiebre amarilla y para erradicarla fabricaron bultos de paja y ramas a los que vistieron con ropas viejas. Desde ese momento, esta costumbre simboliza lo que se quiere dejar atrás  y marca un nuevo comienzo. 

 

Sin duda para el guayaquileño esta es una fiesta de unión familiar.

 

“Se reúne toda la familia y comemos pavo o cerdo, siempre felices de poder estar juntos”, dijo Gloria Torres, guayaquileña. 

 

Este es un momento perfecto para reencontrarse con amigos, dar gracias por la bendiciones recibidas y sobre todo afianzar en el corazón la esperanza de días mejores en un nuevo año. 

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