08 dic 2014 , 12:11

¿Por qué la gente tose más en un concierto?

La gente tose durante los conciertos el doble de lo que lo hace en otras situaciones.

Una violinista de fama mundial reprendió a los padres de una niña que había tosido durante su concierto. Pero ¿se puede resistir ese picor en la garganta?

 

Una virtuosa del violín, la coreana Kyung-Wha Chung, saltó a los titulares por el concierto que ofreció en el Royal Festival Hall de Londres, la capital de Reino Unido.

 

Pero no precisamente por la calidad de su recital, sino por haber sugerido a los progenitores de una menor que no dejaba de toser que "quizá deberían volver a traerla cuando crezca".

 

Según un informe académico publicado el pasado año, la gente tose durante los conciertos el doble de lo que lo hace en otras situaciones.

 

Sobre esto, Jonathan Bloxham, el director artístico del festival de música de cámara Northern Chords de Newcastle, Reino Unido, tiene una teoría.

 

"Como animales que somos, tendemos a imitar a los que nos rodean", dice.

 

"Cuando alguien tose a nuestro alrededor puede ocurrir una reacción en cadena".

 

Y su corazonada podría ser correcta.

 

Efecto dominó

Persona tosiendo

 

"Incluso si hablas de tos, sientes que quieres toser", explica el profesor Ron Eccles, del Centro del Resfriado Común de la Universidad de Cardiff, Gales.

 

"Hay un gran componente psicológico que desemboca en la tos voluntaria".

 

Esto en grandes aglomeraciones de gente, como en el concierto de Chung, al que acudieron 2.500 personas, puede suponer un efecto dominó.

 

Un efecto dominó muy ruidoso.

 

El nivel de decibelios de un violín oscila entre los 84 y los 103, no mucho más que el promedio de la tos.

 

Según una medición del equipo de Eccles de 1988, la tos alcanza entre 70 y 90 decibelios.

 

Reduciendo su estallido puedes lograr que el nivel de ruido se reduzca, pero no evitar que los vecinos te copien.

 

Lea también: ¿Por qué sentimos alivio cuando estornudamos pero no cuando tosemos?

 

La de Chung fue una reacción exagerada, opina Bloxham.

 

"No creo que estemos cumpliendo nuestro deber para con la música si dejamos que una cosa tan banal afecte nuestro desempeño", dice.

 

"El sentido último de la música es transportar a la gente lejos de la cotidianidad".

 

De teléfonos y otras interrupciones

Sin embargo, la tos no es la única manera de interrumpir un concierto.

 

Violín.

El nivel de decibelios de un violín oscila entre los 84 y los 103, no mucho más que el promedio de la tos.

 

Los teléfonos móviles también pueden tener ese efecto.

 

Algo más extremo, en el sureste de Asia, una importante área de crecimiento de la música clásica, algunos artistas informan que el público chatea entre sí o se mueve alrededor de la sala de conciertos.

 

Pero Bloxham es optimista con respecto a dichas interrupciones.

 

"La música clásica ha tenido y tiene aún ese aura elitista y creo que esa actitud no es saludable", señala.

 

Por su parte, Eccles tiene una solución simple para la tos a medio concierto.

 

Ron Eccles, del Centro del Resfriado Común de la Universidad de Cardiff, recomienda caramelos mentolados contra la tos.

 

"El mejor tratamiento es chupar una pastilla. Los caramelos mentolados son particularmente buenos para inhibir la tos", dice.

 

Y cuenta un secreto: cualquier dulce sirve.

 

Ensayos clínicos han demostrado que el 85% de la eficacia de una pastilla para la tos se debe al efecto placebo.

 

La Orquesta Sinfónica de Chicago enfrenta el problema ofreciendo antes del concierto caramelos a los que acuden a escucharla.

 

Éste podría ser una idea a tomar en cuenta por el Royal Festival Hall.

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