02 sep 2014 , 11:10

¿Cómo controlar el síndrome posvacacional?

Tras los días de ocio y descanso, adaptarse de nuevo al trabajo no es una tarea fácil.

Cuando las horas de relax a la orilla del mar, las comidas con amigos, los paseos al atardecer y las tranquilas mañanas sin el sonido del despertador quedan atrás, es el momento de volver al trabajo y recuperar la rutina de la actividad laboral.

 

En algunos casos, se convierte en un verdadero motivo de angustia, que puede llegar a desencadenar el denominado síndrome posvacacional.

 

“Se trata de un trastorno adaptativo en el que la persona responde con sintomatología clínica a un estrés específico: la vuelta al trabajo. Esto ocurre porque la persona, que viene de un periodo de descanso, no se ve capaz de responder al alto número de demandas que supone la vuelta al trabajo”, explica Miquel Casas, psicólogo clínico y miembro de la plataforma “TopDoctors.es”.

 

Este facultativo afirma que, por lo general, estos síntomas desaparecen en unas semanas, cuando el organismo consigue habituarse a responder a dichas demandas.

 

Por su parte, especialistas de la Clínica Universidad de Navarra señalan que este síndrome puede cursar de diversas formas.

 

“Lo habitual es padecer un cuadro de debilidad generalizada y astenia. Puede haber problemas de insomnio, que conviven con una somnolencia importante a lo largo del día. Además, la capacidad de concentración se ve limitada, así como la tolerancia al trabajo”, describen.

 

Cambio de carácter

Asimismo, indican que esta intolerancia a las tareas laborales viene caracterizada por una sensación de desidia y hastío.

 

“En otras ocasiones puede aparecer una sensación de angustia vital que puede llevar a un bloqueo, de modo que la persona es incapaz de tomar cualquier decisión”, apuntan.

 

“Puede darse un cambio de carácter con cierta agresividad. Sin embargo, habitualmente se establece una sintomatología más propia de un cuadro depresivo. Por todo ello, se ven afectados diversos aspectos del estilo de vida”, añaden.

 

“El organismo se ha relajado durante las vacaciones veraniegas, pues en verano no respondemos a tantas demandas u obligaciones, y nuestro organismo suele guiarse por las reglas de la satisfacción. Debemos entender que, cuanto mayor sea la distancia entre el placer de las vacaciones y la tensión en la actividad laboral, mayor será la posibilidad de padecer estrés posvacacional”, subraya el doctor Casas.

 

Estrés, segundo problema de salud relacionado con el trabajo

El estrés es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo que con más frecuencia se denuncia en Europa, detalla la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.

 

Esta entidad señala que los trabajadores sienten estrés cuando las exigencias de su trabajo son mayores que su capacidad para hacerles frente.

 

Un indicador apropiado para saber si aparecerán síntomas de estrés posvacacional es el nivel angustia laboral que la persona tenía antes de marcharse de vacaciones. Además, el doctor Casas, declara que esta anomalía puede aparecer con intensidades muy diferentes.

 

“Habitualmente hay somnolencia diurna, apatía, incapacidad de concentración y malestar físico, que suele incluir cefaleas y alteraciones gastrointestinales”, aclara.

 

Los especialistas de la plataforma “TopDoctors.es” destacan que los trabajos con altas exigencias, que dejan poco margen de decisión al empleado, y aquellos que no tienen un componente vocacional o una alta motivación por parte del empleado, son los más proclives a producir el síndrome. Lo mismo ocurre con los empleos que requieren un trato frecuente con el público.

 

“La aparición de sintomatología clínica será más frecuente en personas que tengan fragilidad para responder al estrés y que hayan padecido con anterioridad cuadros ansioso-depresivos en respuesta a otros estresores”, expone el doctor Casas.

 

Algunos consejos

El experto sostiene que el síndrome posvacacional es “un reflejo de angustias en el marco laboral y nos está indicando que algo anda mal en el trabajo”.

 

Para evitar su aparición, Casas recomienda planificar adecuadamente las tareas laborales; adaptar rápidamente las actividades extra laborales a la rutina típica del periodo de trabajo; y practicar ejercicio físico.

 

“Es aconsejable que durante los últimos días de vacaciones adaptemos los horarios para acercarlos más a los que tendremos durante la actividad laboral. Por ejemplo, podemos dejar de dormir siestas y despertarnos algo más temprano”, recomienda.

 

Si, a pesar de seguir estas pautas, el trabajador se encuentra sometido a un elevado nivel de malestar, tanto físico como psicológico en su readaptación a la actividad laboral, tiene una sintomatología intensa o los síntomas no remiten pasados dos o tres días, el doctor Casas aconseja solicitar ayuda profesional.

 

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