12 oct 2015 , 12:28

La oculta historia de Hello Kitty y el mito de un supuesto pacto

Una leyenda popular dice que este popular ícono infantil es producto de un maligno trato.

La simpática y conocida gatita 'Hello Kitty' no necesita mayor presentación. Esta gatita blanca, con forma antropomorfa, que no tiene boca y que suele llevar coquetos adornos en su oreja izquierda, es un personaje ficticio creado por la diseñadora Yuko Shimizu en la década de los 70’ del siglo pasado para la compañía japonesa Sanrio, que lo convirtió con el correr de los años en su producto estrella.

 

Lanzado primero como un monedero en 1974, posteriormente su figura adornó otros miles de productos como bolsos, cuadernos, peluches y toda clase de artículos portátiles, generando en la actualidad ingresos por más de 250 millones de euros anuales.

 

 

Tras el primer diseño realizado por Shimizu, Yuko Yamaguchi se convirtió en la diseñadora oficial de Hello Kitty. Esta misma diseñadora, por cierto, aclaró en una entrevista concedida el 2008 el porqué el personaje no tenía boca. “Es para que la gente que la mire pueda proyectar sus propios sentimientos en ella, ya que tiene una cara inexpresiva. Kitty parece feliz cuando la gente es feliz y parece triste cuando ellos están tristes. Por esta razón psicológica nosotros pensamos que ella no debía estar ligada a una emoción y ese es el motivo porque el personaje no tiene boca”, publica el portal de emol.com 

 

Supuesto pacto con el diablo

 

Hasta allí, la historia de 'Hello Kitty' no diferiría de la de otros personajes infantiles, si no fuera porque una suerte de leyenda urbana afirma que detrás de la creación del personaje se escondería el mismísimo diablo. Esta historia afirma que la hija de la primera diseñadora, Yuko Shimizu (también conocida como Ikuko Shimizu) sufría de un agresivo cáncer de boca que la tenía en estado casi terminal.

 

La madre de la niña, desesperada por mantenerla con vida, habría hecho un pacto con el demonio a cambio de devolverle la salud a su hija. Sólo debía crear un personaje y una marca que fuera famosa en todo el mundo, a fin de atraer a millones de potenciales seguidores (con cada compra de un artículo temático del infantil personaje, se haría una especie de ofrenda involuntaria al príncipe de las tinieblas).

 

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