17 may 2015 , 09:56

Actores ecuatorianos apelan al humor propio con un "Full Monty"

La obra busca "desarmar un mito" sobre el machismo y el estatus social, refirió Christoph

Son siete los actores ecuatorianos que, apelando al humor propio, han llevado a las tablas una adaptación de la comedia teatral "Ladies Night" (1987), similar a la que en 1997 alcanzara el éxito de taquilla "Full Monthy", una producción inglesa sobre el "strip" masculino.

 

A José Pacheco, actor y productor, le llevó varios años decidirse a montar la obra, juntar a actores considerados entre los mejores del país y recrear el original a la realidad de la sociedad andina.

 

Aunque en el trayecto se topó con la disputa que uno de los creadores de "Ladies Night", el neozelandés Anthony McCarten, mantuviera contra los productores de "Full Monty", Pacheco obtuvo los derechos de la primera para llevar a cabo la adaptación.

 

La idea de plasmar el desnudo en un escenario fue difícil, aseguró en una entrevista con Efe, aunque "realmente ha sido una experiencia muy divertida", por "las potencialidades" que han aportado cada uno de los actores.

 

El título de la adaptación ecuatoriana es "Ladies Night, una noche sinvergüenza", que ya se presenta por algunas semanas en un teatro en uno de los valles aledaños a Quito.

 

La obra busca "desarmar un mito" sobre el machismo y el estatus social, refirió Christoph Baumann, actor y director.

 

"Si cinco tipos están dispuestos a enllucharse (desnudarse, por adaptación del quichua) por plata (dinero), es algo sumamente fuerte" que permite "desnudar mitos masculinos", añadió Baumann, de origen alemán.

 

Para él, la experiencia ha sido "liberadora", no solo para el elenco, que en la escena final se desnuda casi por completo, sino también "liberadora para el público" que se divierte con el nivel de atrevimiento.

 

Alfredo Espinosa, también actor y quien realizó la traducción y adaptación de la obra original, sostuvo que el proceso fue algo difícil, porque se debió recrear una obra sobre la base de una "realidad andina", una cultura donde no es habitual observar desnudos masculinos.

 

El reto, según él, fue hacer verosímil el hecho de que unos hombres estén dispuestos a desnudarse por dinero, frente a una sociedad de prejuicios que no había pensado en una obra tan atrevida.

 

Por ello, la escenografía se ambienta en un bar del barrio La Michelena, un populoso sector del sur de Quito de clase media y baja, lo que permite que el argumento se acerque al público.

 

Así lo señaló Eduardo "Mosquito" Mosquera, un polifacético actor quiteño, que disfruta también con el goce de la gente que ha asistido a ver la obra. "Nosotros como autores sentimos el aplauso final y eso nos satisface", apuntó.

 

"El público (ecuatoriano) ha cambiado mucho en cuanto a la percepción" de un argumento que resulta audaz, agregó Mosquera que coincidió con Pablo Aguirre, otro actor, quien aseguró que con esta obra "se ha puesto el dedo en la llaga".

 

Aguirre destaca el éxito que ha logrado la adaptación, lo que también ha llevado a que el elenco se proponga presentarla en otras ciudades del país como Cuenca y Guayaquil, en este mismo año.

 

Para Marliz Romero, la única actriz de la obra, su participación ha sido "una suerte de ser representante de las mujeres" y tratar de cambiar "ese machismo histórico" que hay en la sociedad ecuatoriana.

 

Hay un momento "de reflexión" en la que el público se involucra con la temática, añadió Romero, mientras que otro de los actores, Alex Altamirano, aseguró que esta adaptación también ha supuesto un crecimiento del elenco, porque le ha permitido pensar en nuevos proyectos a futuro.

 

"El reto es seguir buscando aventuras", apuntó Altamirano que también ve en "Ladies Night, una noche sin vergüenza" una oportunidad de aprendizaje sobre el teatro.

 

Eli Benson (producción y montaje) destacó el esfuerzo desarrollado para realizar una obra que tildó como "exitosa y de calidad", que supone también un crecimiento para el teatro ecuatoriano. 

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