Esta es la colección de balones de fútbol más grande del Ecuador

El exarquero ecuatoriano Miguel Herrera es un coleccionista de balones. Para él "cada balón es una joya y tiene su historia". El periodista Félix Narváez lo entrevistó y exhibe su fascinante colección.

Para cada campeonato de la FIFA, mucho más si es un Mundial, hay un balón. Miguel lo sabe e impulsado por su permanente pasión al fútbol, desde hace tres décadas los colecciona.

Este riobambeño de 80 años fue arquero seleccionado de su provincia y llegó a Quito en 1954. Durante un tiempo tapó para el club España, pero por los estudios pronto tuvo que dejar las canchas. Sin embargo, jamás abandonó la ilusión futbolera, tanto que en sus múltiples viajes al exterior como economista fue coleccionado lo que de niño le dio tanta alegría y le marcó la vida: una  pelota de fútbol.

Cada balón es una joya, pero de su colección destaca uno en especial: el de la Copa América de 1997 que se jugó en Venezuela. Él explica que es único debido a “su delicadeza”,de forma “que podría jugarse con él descalzo sin que al pie le haga daño o podría ser pateado por una dama”. Nunca más se volvió a hacer uno igual.

Desde pequeño demostró su atracción por estos esféricos: “Una pelota elaborada por nosotros mismos, con los trapos y con las medias de mi madre... Lo hacíamos con las vejigas de los animales”.

En un centro comercial de Quito, Miguel muestra lo suyo: el balón de cuero de los 50's, hecho con cordones y bleris, antecesor del llamado "Zambrano" usado en los campeonatos nacionales, después el bautizado “Nitre” de la Liga Inglesa y el denominado “Penalty brasileño”, ambos de materiales procesados y como tales, antecedentes de los  actuales.

Cada balón de los 310 de su colección parece distinto. Hay los a las figuras del deporte rey como Ronaldo, Maradora y Zidane con la huella de su pulgar; o los balones de la Liga Europea cuya serie se distingue  por  una estrella.

El balón conmemorativo de los 100 años del Barcelona de España y así  por el estilo.

La exhibición es gratuita, dura hasta fin de mes y Miguel Herrera  espera que alguna institución pública o privada la asuma como tal, sino la guardará 4 años hasta el siguiente Mundial de fútbol.