05 feb 2015 , 03:18

Escribir para ser libre

El pequeño perro bicolor de mirada nostálgica que aparece en la portada puede engañar al p

Por Allen Panchana Macay

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Cuando los recuerdos pesan demasiado, la mejor opción es liberarse de ellos. Y  para ser libre, Patrick Modiano escribe. Vuelvo a las letras del más reciente Nobel de Literatura para comprenderlo. He leído de un tirón “Un pedigrí”, seguramente su obra más íntima. 

 

El título y la portada (un pequeño perro bicolor de mirada nostálgica) pueden engañar al principio. Es un simbolismo. La novela, de 129 páginas, es una mordaz autobiografía de Modiano (Francia, 1945). No oculta nada. Devela sus traumas y frustraciones, pero también –en clave subliminal- su dolor. 

 

“Dejando aparte a mi hermano Rudy y su muerte, creo que nada de cuanto cuente aquí me afecta muy hondo. Escribo estas páginas como se levanta acta o como se redacta un currículum vitae, a título documental y, seguramente, para liquidar de una vez una vida que no era la mía” (página 45). 

 

La prosa, sí, resulta extraña. Hay episodios escritos como si fueran partes policiales. Deben ser contados y punto. No hay una belleza literaria, porque Modiano hace un acto de despojo, lo cual constituye una evidencia de su compromiso con las letras. 

 

El escritor francés recorre rápidamente la historia de sus padres, luego la época posguerra y sus complicadas estadías por internados alrededor de Francia, sintiéndose hijo de nadie,  solo, abandonado, sin pedigrí, como el cachorro de la portada. 

 

Es una novela hecha a retazos. “Una noche, en las escaleras, mi padre me dijo una frase que, sobre la marcha, no entendí demasiado bien, una de las pocas confidencias que me haya hecho nunca: Nunca hay que descuidar los detalles pequeños…Yo, por desgracia, siempre he descuidado los detalles pequeños” (página 55). 

 

Hay que comprender la historia personal de Patrick Modiano, ponerse en sus zapatos, para después deshojar sus libros. Y disfrutarlos aún más. “Un pedigrí” se convierte en una confesión, en un arrebato de libertad: “Voy  a seguir desgranando esos años sin nostalgia, pero con voz presurosa. No tengo la culpa de que las palabras se me apelotonen. Tengo que darme prisa o se me acabará el valor”(página 86). 

 

En octubre pasado Anagrama ha publicado la segunda edición de esta obra. Los argumentos para recomendar su lectura sobran. Para ser libres no solo –como Modiano- hay que escribir. La lectura también libera. Entonces, a leer… 

 

Este texto está clasificado como un ESPACIO de OPINIÓN. 

 

 

 

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