23 may 2016 , 05:49

¿Qué es el mal de altura que enluta la temporada de escalada en el monte Everest?

El mal de la montaña se conoce como soroche en Sudamérica.

No es necesario subir los más de 8.000 metros del monte Everest para sufrir el llamado mal de montaña o de altura, pero la gravedad de este trastorno quedó en evidencia en el ascenso a la cima más alta del mundo.

 

En los últimos días tres escaladores perdieron la vida, otros dos desaparecieron y cerca de 30 enfermaron en la cordillera del Himalaya tras padecer, según se cree, sus efectos.

 

 

El holandés Eric Ary Arnold, de 36 años, perdió la vida el viernes tras llegar a la cima de la montaña, la australiana

 

Maria Strydom, de 34, murió el sábado mientras descendía de la cumbre y el escalador indio Subhash Paul falleció este lunes.

 

Un sherpa muestra el punto donde murieron dos de los montañistas mientras descendían tras conquistar la cumbre del Everest.

 

El mal de montaña, que también se conoce como soroche, puna o apunamiento en Sudamérica, aparece cuando las personas tienen problemas de adaptarse a los bajos niveles de oxígeno que hay en lugares de altitud elevada.

 

En la mayoría de los casos experimentan leves mareos y dolores de cabeza, aunque también pueden sufrir de náusea, vómitos, agotamiento y trastornos de sueño.

 

Pero hay situaciones en las que resulta fatal. Por ejemplo, cuando se acumula un exceso de fluidos en el cerebro y los pulmones.

 

Probabilidades de padecer el trastorno

 

Cualquier persona puede estar expuesta al mal de montaña si asciende a un lugar que esté por encima de los 2.500 metros sobre el nivel del mar, aunque se ha afirmado que las personas que habitan en el Tíbet poseen un gen que les permite contrarrestar los efectos de altitudes elevadas.

 

Para prevenir el mal de altura los montañistas suelen pasar un tiempo de aclimatación en los diferentes campamentos que se encuentran en la ruta de ascenso.

 

Un 30% de la gente experimenta algunos de los síntomas de forma moderada, pero entre un 1% y un 3% sufre los efectos más graves, situación que suele ocurrir en el Everest.

 

 

Si comienza a sufrirse del mal de altura, la recomendación es descender a un lugar menos elevado e ingerir mucho líquido y, de ser factible, recibir oxígeno.

 

Es posible tratar de prevenir su aparición con una aclimatación lenta y progresiva, con el fin de que el cuerpo se vaya acostumbrando poco a poco a la falta de oxígeno.

Desde el pasado 11 de mayo casi 400 montañistas han logrado llegar a la cima del Everest.

 

También se puede lograr con medicamentos, pero para ello se debe consultar con un médico, con el fin de evitar que surjan efectos secundarios.

 

 

La muerte de los escaladores fueron las primeras en la actual temporada de ascenso al monte Everest, que al ser el primer período que se abre desde el terremoto de Nepal, ha atraído a muchos montañistas.

 

Casi 400 personas han alcanzado la cima desde el pasado 11 de mayo beneficiadas por las buenas condiciones presentes en el ascenso por el lado nepalí.

 

 

 

 

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