26 nov 2014 , 01:02

Los anuncios de Navidad británicos quieren hacerte llorar

Un niño alegra la Navidad a su pingüino de peluche Monty regalándole una pingüina, Mabel.

Cada vez más comercios abandonan la publicidad tradicional sobre productos para recurrir a cortometrajes sobre el amor y la amistad que se han vuelto el centro de la conversación nacional, material de críticas cinematográfica en los diarios y objeto de burlas en Internet.

 

El fenómeno no es único. Así, en España, la sensación publicitaria de la Navidad han dejado de ser los espectaculares anuncios de cava para centrarse en la historia -con final feliz- del pobre Manuel, que para una vez que no compra lotería en el bar, va y toca ahí. 

 

Pero en el Reino Unido la tendencia es dominante. Los grandes almacenes John Lewis la iniciaron hace unos años y encabezan de nuevo la lista de popularidad con un cuento lacrimógeno en el que un niño alegra la Navidad a su pingüino de peluche Monty regalándole una pingüina, Mabel.

 

El video de dos minutos, que se dice que costó 7 millones de libras (€8,8 millones, $11 millones), ha sido visto más de 17 millones de veces en Internet desde su estreno a principios de noviembre.

 

Además del éxito de su anuncio, John Lewis ha dado con un filón con la venta de los pequeños peluches de Monty y Mabel, y una gama de productos asociados.

 

Le sigue de cerca el anuncio de los supermercados Sainsbury sobre la Primera Guerra Mundial, un corto de tres minutos que imagina la historia de la famosa tregua navideña de 1914, en que alemanes y británicos abandonaron sus trincheras para confraternizar y jugar a fútbol.

 

El video tiene más de 12 millones de visitas en YouTube y ha sido tildado por algunos de intento burdo de comercializar el centenario del inicio del conflicto.

 

 

 

Muchas personas también lo ven como una apuesta arriesgada, porque no hay ninguna mención a Sainsbury hasta el final.

 

Pero los expertos afirman que la importancia de la Navidad en el calendario comercial fomenta que las agencias de publicidad asuman riesgos y prueben cosas nuevas.

 

Noviembre y diciembre pueden representar hasta el 50 por ciento de la facturación anual de algunos comercios no alimentarios.

 

"Hay una gran presión para tener éxito en esta época del año, y eso abona el terreno a la creatividad", dijo Lorna Hawtin, responsable de estrategia de la agencia de publicidad TBWA en Manchester.

 

Es difícil medir el impacto de este tipo de campañas, pero los datos reunidos por el organismo de la industria publicitaria IPA son "bastante contundentes" y apuntan a que funcionan, dijo Hawtin a la AFP.

 

Las ventas de John Lewis de Navidad se han incrementado en los últimos tres años a pesar de un clima comercial difícil, y las primeras cifras de esta temporada sugieren que esta tendencia continuará.

 

Sentirse bien para comprar más

A John Lewis se le atribuye haber cambiado la naturaleza de la competencia: ahora ya no se trata de ser el negocio que tiene el alcohol a mejores precios, sino de hacer sentir cariñosos y felices a los clientes.

 

Su propuesta de la temporada es un cortometraje que ofrece "una experiencia publicitaria estimulante, emotiva", dijo Bryan Roberts, analista de la consultora Kantar Retail.

 

Los espectadores han recibido de tan buen grado la propuesta que las canciones de los dos últimos anuncios —ambas versiones de canciones famosas, como la de este año, "Real Love", de los Beatles, interpretada por Tom Odell— se convirtieron en número uno de las listas de éxitos.

 

Otras empresas se han movido en direcciones similares, incluyendo Marks&Spencer, que en el pasado recurría a famosos para sus anuncios.

 

Este año la campaña de Navidad ha consistido en una serie de actos de buena voluntad en todo el Reino Unido, desde cubrir de nieve una escuela primaria a dar regalos a los trabajadores de los turnos de noche.

 

Estas campañas almibaradas no escapan a las burlas y a las parodias, como las del anuncio de los pingüinos. En una de ellas, el pájaro Monty acaba cocinado, en otra se ve su primer encuentro con Mabel y cómo quema rápidamente etapas al ritmo de "Let's Get It On", de Marvin Gaye.

 

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